Buenas tardes, me gustaría que me ayudaran con un problema que tengo con uno de mis hijos (14 años), no sé cómo motivarlo a la hora de los estudios, es un niño que si no le gusta algo no le presta la más mínima atención, él va al instituto por obligación y le da exactamente igual sacar más o menos nota en cualquier asignatura, le he castigado sin todo lo que le gusta, he hablado con él, le he dicho que comprendo su frustración por no poder estudiar de otra manera… en fin, que ya no sé qué hacer para motivarle y conseguir que, al menos, termine el curso con todo aprobado y no tenga que repetir, para que no tenga que estar un año más en el infierno que supone para él esta etapa.
Sin duda contestar a esta pregunta de una forma que pueda ayudar a todos lo que la lean no resulta fácil, ya que, en cada caso, los motivos que pueden llevar a un niño/a o adolescente a actuar con desánimo ante los estudios puede ser muy distinta; es decir, aunque el síntoma pueda ser similar de un caso a otro, lo que lo origina puede ser muy distinto, y ese sería, sin duda, el primer consejo a dar: ¿por qué está ocurriendo esto? Por poner algunos ejemplos: ¿Es una cuestión de un nivel excesivo en clase al que el chico no llega y por tanto se frustra?, ¿Se trata de una falta de responsabilidad, que en general no suele referirse sólo a los estudios?, ¿es una “llamada de atención” sobre otros conflictos que se manifiestan de esta manera?, ¿existe o se ha producido algún cambio significativo en su entorno que puedan motivar esta apatía y falta de motivación para el estudio?.
Sin tener un diagnóstico claro de lo que motiva el síntoma en concreto, es difícil acertar en la forma de actuar con él, aunque sí hay algunas claves que, refiriéndonos a los estudios en general, pueden ser de utilidad, y que se resume en una frase: “los estudios son para ellos”. Ésta debe ser siempre una máxima a la hora de educar: nuestro hijo debe tomar sus propias decisiones, y nosotros deberemos respetarlo, recibiendo, por esas decisiones, las consecuencias que sean, positivas o negativas.
Los “adultos” somos conscientes de la importancia de estudiar para poder acceder en un futuro a un puesto de trabajo mejor, pero ellos no tienen por qué entender esto, porque no lo han vivido. Nosotros somos conscientes, porque ya hemos tenido la oportunidad de experimentarlo, de la importancia de asumir tareas o etapas que no terminan de gustarnos, en pos de un objetivo o meta posterior que sí que nos son deseables y nos motivan.
Si queremos que nuestro hijo adolescente se comporte como un adulto deberemos comenzar a tratarlo como tal, respetando sus decisiones, aunque las consideremos erróneas, y aplicando las consecuencias que sean precisas. Tampoco castigar por castigar funciona, resulta más práctico “negociar” con ellos qué pueden obtener, o perder, en función de cómo cumplan con sus obligaciones; establecer a comienzos de curso cuáles van a ser esas metas, y luego dejarlo actuar según él mismo considere; sólo con esto ya lo estaremos educando en “responsabilidad”, a la vez que favoreceremos que vaya desarrollando su propio autoconcepto y su consecuente autoestima.
Tras leer tanto la consulta como la respuesta he de decir que estoy de acuerdo en la necesidad de darle responsabilidades y capacidad de decisión a nuestros adolescentes, eso sí, me gustaría añadir algo que considero extremadamente importante. No podemos olvidar que se trata de una etapa de cambios y mucha confusión y el sentirse apoyados así como saber que tienen a quien acudir a la hora de orientarse puede resultar decisivo a la hora de sentirse o no motivado, a veces no saben qué hacer ni donde acudir lo cual también genera desmotivación. Debemos ayudarles a descubrir qué les gusta, cuales son sus puntos fuertes o en qué profesión se sentirían mejor por ejemplo y esto sería un buen impulso para seguir buscando juntos qué es lo que les mueve a conseguir sus objetivos (o incluso crearlos).
En primer lugar agradecer tu participación y en segundo lugar no podemos más que estar más de acuerdo con lo que nos expones. La disponibilidad hacia ellos es fundamental, construir en ese espacio cedido un lugar seguro, de expresión de sueños y metas, consulta de dudas, es toda la base para poder construir cualquier cosa. Hacerles saber que los acompañaremos y guiaremos siempre que nos lo pidan y lo necesiten. Solo tenemos que pensar los pasos que hemos dado al sentirnos respaldados y/o la necesidad de sentirnos así a la hora de tener que tomar decisiones, incluso ya siendo partes del mundo adulto.